Un empleo te da dinero, un trabajo te desarrolla; muchas personas, en un
empleo, hacen lo que no les gusta, pero esto debe ser momentáneo.
El ideal es que trabajes porque te place, y que ese trabajo tenga que ver con tu vocación y con lo que amas.
Cuando haces lo que te gusta, no tiene horario de entrada ni de salida.
Conserva el empleo que te dará el dinero para abrir las puertas y llegar así al trabajo que es el ideal.
¡Pero cuidado! Antes de llegar tiene que tener planes.
Cuando un barco viaja sabe desde dónde va a zarpar, por qué ruta va a ir
y adónde llegará, antes de salir. Cuando un avión despega, sabe por
qué ruta volará; cuando un arquitecto planifica un edificio tiene un
anteproyecto y sabe cómo serán el pozo, las vigas y todo lo demás.
Debemos hacer planes para nuestro próximo gran momento: tener plan A, plan B, plan C, plan D.
Si te regalaran un millón de dólares o recibieras un aumento tienes que
saber de antemano qué harías y que no con el dinero extra. Haz planes
antes del ascenso, antes de tener ese cargo que tanto anhelas.
El problema es que no nos preparamos para el futuro.
“Si vas a la guerra, siéntate y planifica, no sea que tu enemigo esté mejor equipado y te destruya” dijo Jesús.
Prepárate anticipadamente.
Estamos acostumbrados a la ley del mínimo esfuerzo, queremos el toque
mágico, que Dios nos guíe, y esto no funciona: debemos anticiparnos,
planificar.
Planifica, pero nunca te enamores de los planes; sé flexible y, si
necesitas cambiarlos, hazlo. Documéntate, investiga y elige la mejor
estrategia para alcanzar tus metas.
Si quieres ser jefe, ten el protocolo listo. Si eres jefe y quieres ser dueño, tienes que tener “patente” de dueño antes.
Virtudes de un buen jefe:
- Puntualidad:
para jugar en las ligas mayores debes practicar la puntualidad desde
ahora para que, cuando llegues a la gente que tiene el tiempo contado,
puedas funcionar con su mismo protocolo. Puntualidad, psicológicamente
hablando, significa interés, demostrarle a la persona que estás
interesado en estar con ella. Por el contrario, al llegar tarde se
transmite el mensaje “no puedo ni administrar mi tiempo, por favor no me
des nada porque lo voy a echar a perder.”
- Saber decir las cosas:
muchas de las bendiciones que perdimos se extinguieron por no saber
cómo decir las cosas. La gente no escucha sólo lo que decimos sino cómo
lo decimos y para eso necesitas apelar al protocolo. La gente evalúa
cómo se sintió cuando oyó lo que dijimos. La sonrisa es un buen
comienzo. Sonríe un poco más.
- Tener una estima profética:
“Siete vacas gordas, siete flacas”. Necesitas ser esa persona de
confianza capaz de llevar una palabra de aliento y de sabiduría en
tiempos difíciles.
Mucha gente que hoy está enferma ha logrado grandes cosas pero no las pudo disfrutar. Salomón dijo: “Hay gente que tiene de todo y no lo puede disfrutar.” Para capturar tu gran momento necesitas estar sano.
Lee esta historia:
Había un hombre que tenía una
bolsa delante y otra atrás. Cuando lo preguntaron: “¿Qué tienes ahí
adelante?”, él respondió: “Aquí, en esta bolsa, tengo las cosas malas
que me pasaron, para recordarlas y analizarlas, y en esta otra bolsa,
la bolsa de atrás, las cosas buenas que me pasaron y que, cada tanto,
miro”. Otro hombre que también pasó con dos bolsas, dijo, ante la misma
pregunta, que en la bolsa de adelante tenía las cosas buenas que le
habían pasado para recordarlas y darle gracias a Dios y en la bolsa de
atrás, las cosas malas que cargaba con él, Finalmente, un tercer hombre,
al ser consultado, respondió que en la bolsa de adelante tenía todas
las cosas buenas y en la de atrás las cosas malas, pero el observador
vio que la bolsa de atrás estaba vacía y entonces preguntó por qué, y el
hombre de las bolsas respondió: “Es que rompí la bolsa de atrás y
cuando tiro algo malo se cae.”
Tú eres lo suficientemente bueno para lograrlo. No mires para atrás, no
vivas en el pasado; si nadie en tu familia pudo lograrlo antes, tú sí
puedes. Llénate de creencias positivas, de estima, de valor y de dominio
propio. Tú eres mucho más grande que el cargo que puedes llegar a
ocupar. Siempre habrá dentro tuyo potencial y potencia para mucho más.
Norman Vincent Peale, el padre del “Pensamiento Positivo”, fue un
pastor que llegó a China y se detuvo ante un negocio de tatuajes para
ver uno que decía: “Nacido para perder”. Entonces preguntó si se
tatuaban esa leyenda, le respondieron que sí, y entonces consultó:
“¿Cómo puede ser que se lo hagan?” Y el vendedor le respondió: “Antes de
tatuar el cuerpo, la mente está tatuada.”
¡Llena tu mente de valor y estima y todo lo que hagas te saldrá bien!
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